Los procesos de desarrollo de personas en las organizaciones más conocidos son el coaching ejecutivo y el mentoring.
Las organizaciones se ocupan de implantar políticas de Recursos Humanos que permitan incrementar el rendimiento, la satisfacción y la seguridad de sus trabajadores. Con dicho objetivo pretenden reducir los índices de rotación externa, incrementar el compromiso de sus trabajadores, mejorar los resultados obtenidos, reducir la tasa de accidentes, elevar la satisfacción de clientes y proveedores, etc.
Para lograrlo utilizan distintas técnicas que les permiten tener un buen conocimiento de los trabajos y sus características (análisis y descripción de puestos, definición de perfiles de exigencias de los puestos, valoración de puestos, etc.), técnicas que permiten conocer la situación y características de las personas que tienen en plantilla o de las que desean incorporarse y detectar sus necesidades (selección de personal, evaluación del rendimiento y del potencial, estudios de clima laboral, etc.), técnicas que persiguen dar respuesta a las necesidades encontradas (formación de personal, planificación salarial, planes de carrera, etc.).
La formación de los trabajadores de una organización es clave para que tengan el rendimiento adecuado en sus puestos de trabajo.
Puestos habitualmente cambiantes que exigen que sus ocupantes estén a la altura de dichos cambios. Pero no siempre es bastante con una formación en un entorno de aula, o una formación a distancia. En ocasiones, y especialmente en el caso de personal directivo, las acciones que persiguen el aprendizaje también deben lograr un cambio, una evolución en la forma de hacer las cosas que suele implicar el desarrollo de competencias complejas, en este caso se suele hablar de desarrollo.
El desarrollo de las personas en entornos organizacionales es un área que estudia la evolución de las conductas de las personas en el trabajo, con el objetivo de optimizar el rendimiento, la satisfacción y la seguridad.
Algunos aspectos clave de esta definición son los siguientes:
- Se centra en la evolución de las conductas, es decir, en conocer los cambios en los pensamientos, emociones y comportamientos durante el ciclo vital de las personas cuando asumen el rol de trabajador. Conocer esa evolución supone obtener información acerca de la comprensión de uno mismo y del mundo que le rodea. Además, no sólo incluye conocer cómo se comportan las personas, que sin duda es la parte más observable, sino también qué piensan y qué siente, cómo experimentan lo que sucede, pues dichos aspectos están en la base de los cambios de conducta y por tanto del progreso profesional que consigan.
- En el trabajo, o entornos relacionados con el mismo, ya que no son ajenas las situaciones de acceso al empleo, desempleo, finalización de la vida laboral, etc.
- Con el objetivo de optimizar el rendimiento, la satisfacción y la seguridad, ya que son criterios útiles tanto para las organizaciones como para los trabajadores.
Un proceso de desarrollo de personas puede entenderse como un conjunto de acciones que permiten “trasladar a alguien”, ayudarle a ir de su estado actual a otro estado que supone una mejora para él, para su crecimiento profesional y/o personal. Al Coaching Ejecutivo y el mentoring, también se le suman los espacios abiertos de aprendizaje, el discurso apreciativo, las experiencias de feedback intensivo, el aprendizaje a través de la acción, las metáforas etc.
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